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viernes, 23 de diciembre de 2011

Caricias que te dejan huella

Nos sentimos completos cuando la primavera entra por nuestros ojos. A medida que se pintan los campos de rojo, de amapolas, vas nadando por los océanos del buen tiempo hasta que llega el verano. La plenitud de sentirte querido. Sales a ver los aviones que surcan el cielo, te parecen más veloces y probablemente todos ellos lleguen sanos y salvos a su destino: el corazón de algún romántico. Hasta los coches, ya te parece que no contaminan el aire, ni que una hamburguesa grasienta pueda hacerte engordar. No te ves con varios kilos de más, al contrario, te encuentras interesante y atractivo. Dejas volar la imaginación hasta donde llegue, no importa que roce con otra realidad, no importa que no forme parte de este universo. Subrayas mil y un versos de Bécquer, que te emocionan y que parecen escritas para ti. Sientes que vuelves a presenciar una misma escena una y otra vez, que tu vida es un completo déjà vu que ya has soñado. Hoy te has arreglado más de la cuenta, pareces una estrella de cine, ¿por qué? Porque estás enamorado.




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