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jueves, 19 de septiembre de 2013

Como si de una obra se tratase.

No sé cuantas veces he borrado lo que he querido escribir. Lo que he querido escribirte. No sé si hago bien, o no. No sé qué quiero. Ni siquiera sé lo que soy. No me atrevo. Tengo miedo de que mi última esperanza se esfume como el humo de un cigarrillo, lentamente, pero sabes que se irá. Eso es lo peor. Parece ser que lo único que sé hacer en mi vida es actuar como si de una obra de teatro se tratase. Como si la realidad fuera una historia inventada en la que interpreto un papel, uno en el que nada me afecta, que soy fuerte y que no me duele porque llevo una sonrisa durante toda la obra. Porque eso es lo que intentas conseguir, que el público se lo crea de verdad. Y lo consiguesPero no, porque la verdadera realidad es que te duele y no puedes hacer nada para evitarlo. Se cierra el telón. Y de repente tengo los ojos rojos y un mar de lágrimas encerradas en ellos. En el fondo, todavía me gusta que me invadan todos tus recuerdos, porque al fin y al cabo, son lo único que me queda de ti. Yo casi había olvidado el color de tus ojos, azules como el cielo, pero se empeñan en aferrarse a mí, con todas sus fuerzas, cortándome la respiración y casi, por un momento, puedo sentirte a mi lado. Amanecer cada mañana añorando tus abrazos y tus besos al despertarme y saber que duele porque fue real. Un torbellino de palabras y sentimientos me atrapa cada día en mi camerino y no me quedan fuerzas para escapar. Estoy encerrada en una caja, tan frágil como el cristal, eres el único que puede abrirla. Castigada a representar la misma obra todos los días. Tengo miedo de esperar, que no llegues, y acabar congelada en una historia de principio con el mismo final. Pero también tengo miedo de que vuelvas y no puedas reparar mi caja, llena de imágenes oxidadas, y se rompa en tantos pedacitos que jamás se pueda reparar. Sí, esa caja de cristal es mi corazón, lleno de recuerdos convertidos en historia, nuestra historia, y tú, sólo tú, tienes la llave para abrirlo y cambiar el relato o terminar de destruirlo por completo condenándome a fingir que estoy bien, a representar la misma obra todos los días.


                               

domingo, 8 de septiembre de 2013

Primera persona del plural.

Quiero acostumbrarme a tu labios. Y a tus manías. Y a los domingos de películas. Y a tu sonrisa rozando mis labios cada mañana. Y a tus "Buenas noches princesa" 7 noches por semana. Y a viajar por el mundo recorriendo tu piel. Quiero acostumbrarme a tus mejores palabras. Y a no tener que bajar de este mundo, porque sé, que tu estarás ahí, sosteniéndole para mi. Solo quiero acostumbrarme a tus dedos, suplicando que no se separen de mi cuerpoY a tu mirada, que consigue en apenas unos segundos, que mi corazón inerte, baile al son de tus latidos.
Que la vida se nos vaya de las manos, que baje tan rápido como un coche sin frenos, que cometamos el peor de lo errores, juntos, que nos miremos, que nos caigamos, que sigamos adelante, que nos levantemos, que discutamos, que nos abracemos, que soñemos, que detengamos el tiempo con un beso, que no importe nada mas que tú y yo.. pero siempre juntos, en primera persona del plural.

¿Por qué se me ocurrió quererte si no puedo tenerte?

Según el diccionario de la real academia, el amor es un sentimiento natural del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Para mi el amor es mucho más sencillo que todo esto. Una sola palabra: Él. 
Se que cada noche lo único que intento es que seas la última persona con la que hable antes de irme a dormir. Acostarme con tu sonrisa en mi mente sabiendo que eres de lo mas importante para mi. 
Pero cada día aunque no quiera me despierto con la misma pregunta: ¿Por qué se me ocurrió quererte si se que no puedo tenerte?